El ministro del Interior, Serguéi Lanskói, propuso erigir en Nóvgorod un monumento a Rúrik como primer soberano ruso y tras consulta con el Comité de Ministros, se decidió que era necesario inmortalizarlo erigiendo un monumento popular al Milenio de Rusia.
Aparte, el proyecto refleja la transición artística de esa época: del neoclasicismo al realismo.
La nueva fuerza ocupante decidió desmontar el monumento y trasladarlo por partes a Alemania.
Es un conjunto escultórico que representa los acontecimientos históricos más importantes de la nación rusa a través de los personajes que contribuyeron notablemente en el desarrollo del país: su política, cultura, ciencia, arte y literatura.
Las figuras fueron acreditadas personalmente por el zar Alejandro II durante el desarrollo del proyecto.
Por ello, personajes notables que por motivos diversos eran ajenos a sus intereses, no fueron incluidas.
Por ejemplo, no está Iván el Terrible, que ejecutó a mucha gente especialmente en Nóvgorod ya que la ciudad sufrió una cruenta masacre en 1570 durante la época de la Opríchnina ni otros gobernantes de los siglos XVIII y XIX.
Sin embargo, Antioj Kantemir fue rechazado, así como Tarás Shevchenko, el poeta de Málaia Rus, que murió durante la fase de construcción del monumento y al que Mikeshin quería incluir especialmente.
De entre las otras personalidades que faltan, cabe mencionar al comandante Fiódor Ushakov.