Miguel Villalta Gisbert
Un año más tarde, obtuvo plaza en la judicatura al superar las oposiciones correspondientes pero su juventud no le permitió ejercer como juez hasta 1930, cuando fue destinado a Olot.Desarrolló su actividad durante dos años, para incorporarse después a la vida política en el seno del Partido Socialista Obrero Español.Distribuyó cartillas de racionamiento a todo necesitado y auxilió a todos los necesitados que pudo, lo que le valió el reconocimiento y la gratitud del embajador de Argentina.Juzgado en Alicante en juicio sumarísimo, acusado de favorecer los ataques contra falangistas y adictos a los sublevados en Madrid.[5] También mostró su apoyo a Miguel Villalta el arzobispo titular de Grado y vicario general castrense José López Ortiz, que consideraba su actuación durante la guerra humanitaria, valiente y gallarda.[2] Actualmente, se exhibe en fachada la casa familiar (Calle Mayor 144) frente a la Iglesia de San Juan Bautista de Monovar una placa que fue encargada y costeada por la misma nieta Dª Elisa Villalta Sánchez, del que fue su querido abuelo Médico Dr. Don Francisco Villalta Nebleza, médico forense y penitenciario quien no renegó de su cargo ganado por oposición y mérito propios a cambio del perdón de su propia vida.