Se integra en la Junta Revolucionaria en septiembre de 1868, razón por la cual sufrirá una deportación a Gran Canaria.
En 1871 es elegido miembro de la Diputación Provincial, y durante la Primera República Española ocupará el cargo de gobernador civil en Canarias en 1872.
A pesar de su republicanismo acogió, no sin cierto recelo, la Restauración, pero con el paso del tiempo mostraría una crítica a la corrupción y otros aspectos de dicho sistema.
Fue elegido diputado por Tenerife en los años 1881 y 1886, bajo los gobiernos de Sagasta.
Desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la Masonería canaria en el último tercio del siglo XIX, llegando a ser grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y Venerable Maestro de la logia Teide, la más importante de Tenerife en la época.