Miguel Iglesias

Es conocido por ser el autor del Grito de Montán, con el que se abrió paso a las negociaciones de paz durante la Guerra del Pacífico, que desembocó en la firma del Tratado de Ancón, por el que el Perú cedió territorios a Chileː a perpetuidad Tarapacá; Tacna y Arica por diez años.

Derrotado por Andrés Avelino Cáceres, entregó el mando a Antonio Arenas y partió al exilio en España.

Hijo del aristócrata español Lorenzo Iglesias Espinach y Rosa Pino de Arce.

Inmediatamente después, Iglesias fue designado Ministro de Guerra y Marina por el gobierno dictatorial inaugurado por Piérola.

Iglesias, como habíamos dicho, fue hecho prisionero a las 12:30pm junto con Guillermo Billinghurst, Carlos de Piérola y Miguel Valle Riestra.

El Presidente Lizardo Montero se trasladó con sus Ministros a Huaraz, instalando un gobierno unificado en febrero de 1882, y designó a Iglesias, por ser el militar de mayor jerarquía, como Jefe Superior Político y Militar del Norte.

Tres días más tarde, lanzó una proclama saludando el ejército triunfador: Sin embargo, la escasez de recursos no le permitió mantener las posiciones ganadas y el departamento de Cajamarca acabó por ser ocupado por los chilenos.

La Asamblea no fue reconocida por Piérola (que acababa de llegar de Europa), ni Cáceres, ni Montero como tampoco por los chilenos, quienes tenían sus dudas acerca del nuevo régimen instalado en Cajamarca.

Iglesias marchó hacia Lima para asumir el gobierno del país, al ser ungido por la Asamblea como Presidente Provisorio.

Inicialmente, se caracterizó por la lucha entre el Presidente Iglesias y Andrés A. Cáceres, el llamado Héroe de la Breña por su férrea oposición a la ocupación chilena.

Sin embargo, este prefirió permanecer en el poder y exigir el sometimiento incondicional de Andrés A. Cáceres.

Ante sus derrotas en la costa norte, Cáceres se retiró al centro sur: Cuzco, Arequipa, Apurímac y Ayacucho, donde pudo reorganizar su ejército para volver a atacar.

Miguel Iglesias con uniforme militar.
Miguel Iglesias, convencido de que la prolongación de la guerra con Chile sería devastadora para el Perú, alentó la firma de la paz con cesión territorial.