[1] Tras pasar ocho años en prisión, a Peterson le fue concedido un nuevo juicio después de que el juez Orlando Hudson fallara a su favor en una moción presentada por su defensa, en la que se logró probar que un testigo clave de la fiscalía había dado testimonio engañoso y mentido sobre sus credenciales.
[2] En 2017, Peterson se declaró culpable de homicidio involuntario manteniendo su inocencia mediante la Doctrina Alford y fue sentenciado a 97 meses en prisión, tiempo que ya había cumplido en su anterior condena, lo que le permitió salir en libertad.
Fue el editor del periódico colegial The Duke Chronicle durante 1964 y 1965.
En 1971, Peterson fue dado de baja en el Ejército con honores tras sufrir un accidente en Japón.
Ese mismo año, Peterson publicaría su primera novela: “The Immortal Dragon, A Time of War, and A Bitter Peace”, que basó en sus experiencias en la guerra de Vietnam, y se convirtió en un Best-seller.
Asimismo, escribió y fue coautor de otras novelas militares, con las que alcanzó cierta fama.
Tras la muerte de Elizabeth Ratliff en 1985, los Peterson pasaron a ser los tutores de las dos niñas, ya que en ambos testamentos George y Elizabeth habían estipulado que sus hijas irían con los Peterson.
Durante ese periodo, Peterson trabajó como columnista en el diario local Durham Herald-Sun, en cuyas columnas semanales criticaba despiadadamente la corrupción reinante en la ciudad, sobre todo en el Departamento de Policía.
Debido a su creciente popularidad en Durham, Peterson lanzó su candidatura para ser alcalde de la ciudad en 1999.
El entonces candidato a la alcaldía afirmaba haber recibido dos medallas del Corazón Púrpura y las medallas de Bronce y Plata al Valor en Combate, pero posteriormente se comprobó que solo había recibido estas dos últimas.
Los resultados toxicológicos arrojaron que Kathleen no había alcanzado el límite legal de alcohol en sangre establecido en Carolina del Norte, aunque sí había consumido una potente dosis de Valium, un sedante popular en Estados Unidos, y además se encontró alcohol en su orina.
En su informe, la forense Deborah Radisch indicó que el cuerpo de Kathleen tenía siete laceraciones en su cuero cabelludo, la fractura del cuerno superior del cartílago tiroides izquierdo y moretones.
El caso de la Fiscalía, liderado por Jim Hardin, a quien Peterson había criticado duramente años atrás, se apoyó principalmente en la vida privada del acusado, alegando que el escritor llevaba una segunda vida, que era bisexual y que Kathleen esa noche le habría descubierto su vida secreta después de entrar en el computador de su marido.
Kathleen tampoco tenía moretones en el cuello o petequia, lo que quito peso a la posibilidad de haber sido estrangulada.
[14] Durante el juicio se comprobó que los policías que se encontraban en la casa esa noche no protegieron debidamente el lugar del suceso, violaron protocolos policiales estandarizados, no tomaron muestras clave y alteraron y contaminaron la escena del posible crimen.
[19] Años después, Rudolf declaró que los policías descubrieron el atizador durante un allanamiento en la casa de Peterson, pero decidieron ocultarlo deliberadamente.
Las hijas adoptivas de Peterson pensaban que esta nueva evidencia sobreseería a su padre.
Los magistrados sí encontraron defectos en uno de los allanamientos que realizó la Policía en la casa de Peterson, aunque en un fallo dividido afirmaron que eso no bastaba para garantizar un nuevo juicio.
A consecuencia de este acuerdo monetario, Peterson es, legalmente, considerado indigente.
Aturdida y herida, Kathleen entró en la casa e intentó subir las escaleras, pero no pudo soportar ni el dolor ni su aturdimiento, lo que hizo que se precipitara escalera abajo desde el quinto peldaño.
[33] La fiscalía volvió a descartar la teoría del búho y la ridiculizó una vez más.
[34] A mediados de 2010, un artículo de un diario local llevó al Fiscal General del estado, Roy Cooper, a iniciar una investigación que tuvo como resultado la suspensión y posterior despido del agente Duane Deaver, el testigo estrella de la Fiscalía en el juicio a Peterson.
Posteriormente, una auditoría independiente halló que Deaver había dado testimonio engañoso y ocultado pruebas exculpatorias en 34 procesos judiciales, incluyendo el caso de Greg Taylor, un condenado a cadena perpetua que pasó 16 años encarcelado injustamente por causa del testimonio aportado por Deaver.
[36] El exfiscal general de Carolina del Norte, Rufus Edmisten, sugirió que todas las pruebas recopiladas por Deaver podrían no ser admitidas como buenas en un nuevo juicio.
La doctrina Alford es un mecanismo legal que permite a un acusado declararse culpable reconociendo la existencia de pruebas en su contra que pueden declararlo, pero sigue reconociendo su inocencia en los cargos contra él.
La fiscalía colaboró inicialmente con el proyecto, pero se retiró del mismo transcurridas unas pocas semanas.