El primer metro madrileño traslada personas desde el centro de la ciudad hasta la zona.
El proyecto sufre varios retrasos debido a la situación sociopolítica del país.
Finalmente se ve interrumpido el proyecto por la guerra en la defensa de Madrid.
La primera finaliza en el año 1941 y permite poner en funcionamiento parte de los servicios del mercado.
La segunda fase se finaliza un año después inaugurándose oficialmente como Mercado de Maravillas.
El mercado va creciendo en demanda hasta que llegan los años noventa y la sociedad madrileña cambia sus hábitos.
La Planta comercial se sitúa a 2 metros de cota sobre la entrada principal en la calle Bravo Murillo.
La fachada principal en la calle Bravo Murillo es de ladrillo visto colocado a hueso, con una importante marquesina en voladizo de hormigón armado, y la planta baja porticada con pilares chapados con granito gris cristal.
Destaca la gran superficie construida del edificio de aproximadamente 20.000 m², de los que casi la mitad, 8.800m2, son dedicados a uso comercial y en una sola planta.