Tras la Segunda Guerra Mundial fue perdiendo relevancia hasta ser definitivamente cerrado y demolido en los años ´60.Hoy en su lugar se levantan las Torres Pueyrredón y el puente homónimo que une a la Provincia con la Ciudad de Buenos Aires.Este modelo se basaba en un fuerte vínculo complementario con Inglaterra, donde la Argentina proveía las materias primas para la industria británica, mientras que los ingleses encaraban las inversiones necesarias para trasladar los productos agropecuarios desde la pampa bonaerense hasta el puerto de Buenos Aires y de allí a Europa.El vertiginoso aumento del intercambio comercial exterior, generó la necesidad de que Buenos Aires contara con una terminal marítima adecuada, por lo que el Gobierno Nacional encaró la construcción del moderno Puerto Madero.En diciembre de 1884 se compraron los terrenos necesarios para iniciar la obra, sin embargo, el nuevo gobernador bonaerense Máximo Paz, está decidido a vender el Ferrocarril Oeste a inversores privados, por lo cual se suspenden todas las inversiones proyectadas.Desde el propio gobierno se alentó la especulación financiera y los proyectos de inversión a escalas nunca antes vistas.El gobierno provincial aceptó y vendió los terrenos a Casey en 1887, quién a su vez formó la Sociedad Anónima Mercado Central de Frutos con el respaldo de capitales británicos.[3] La empresa contrató al arquitecto alemán Ferdinand Moog para que diseñara un edificio sin precedentes en la Argentina, un mercado central inmenso, de proporciones inéditas.Sumaba un total de 150.000 metros cuadrados cubiertos, divididos en nueve enormes galpones con calles internas recorridas por trenes y carros en los que operaban 78 guinches hidráulicos.También se construyó un gran muelle a todo lo largo del terreno sobre el Riachuelo y, entre el muelle y los depósitos, se levantó la playa ferroviaria que llegó a tener una extensión de vías de 15 kilómetros.La situación patrimonial de la empresa, en los momentos previos a la crisis y aún sin iniciar actividades, era excelente, ya que las deudas no superaban al capital, sin embargo, su inauguración coincidió con el estallido de la crisis.La retracción del crédito a nivel internacional afectó de lleno a la economía argentina, ya que el Estado no pudo seguir financiando sus déficits y los inversores decidieron deshacer sus tenencias para refugiarse en el oro.Para salir de la crisis, la empresa redujo los salarios de sus empleados, renegoció las tarifas con los ferrocarriles, otorgó facilidades a los consignatarios y llegó a acuerdos con sus acreedores locales y externos.Entre 1891 y 1894 los esfuerzos de la empresa se concentraron en aumentar su volumen comercial, el cual creció fuertemente en esos años, aunque el pago de las deudas hizo que la utilidad neta se mantuviese reducida.Además el MCF también tomó acciones de una compañía registrada en Londres, la "The Argentine Concession and Land Company" cuyo objetivo sería construir ferrocarriles y hacer negocios inmobiliarios en el país.Sin embargo, la conexión con el Midland nunca se llevó a cabo y la empresa inmobiliaria tampoco realizó actividad alguna.La declinación del Mercado Central de Frutos se inició en los años ´40, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el progresivo cierre del país al comercio internacional.Este nuevo contexto nacional e internacional hizo que el Mercado Central de Frutos perdiera sus características financieras originales, transformándose en un mero depósito a cuenta del Estado.
La construcción del mercado (ca. 1889)
Otra vista del Mercado en su mejor época. (ca. 1900)
Torres Pueyrredón vistas desde el puente homónimo.