Eduardo Casey
Hizo un gran movimiento inmobiliario y financiero al comprar de 72 leguas de campo del Venado Tuerto, tierras recientemente quitadas en aquel entonces a los indígenas.La operación se consideró como la más importante realizada en el país hasta entonces.Pero en la crisis de 1890 todos sus negocios se vinieron en caída libre.La Casa Baring había prestado mucho dinero a Casey para realizar sus actividades inmobiliarias y fue ésta quien se quedó con gran parte de sus tierras, especialmente la estancia Curumalan.Sin embargo no se dio por vencido y empezó a planificar un ferrocarril que sirviera al Mercado Central de Frutos.