La cáusa más frecuente en el ser humano es infección por el nematodo Angiostrongylus cantonensis.
El huésped definitivo de este parásito es la rata, los humanos resultan infectados cuando ingieren larvas, generalmente por consumo de huéspedes intermediarios como caracoles o moluscos mal cocinados o crudos.
[1][2][3] La mayor parte de los casos se deben a infecciones por parásitos, incluyendo las siguientes:[4] En ocasiones se debe a procesos no infecciosos, entre ellos: Los síntomas más frecuentes son dolor de cabeza persistente, más intenso en la región occipital y temporal, náuseas y vómitos, dolor en el cuello y síndrome meníngeo.
En ocasiones aparecen manifestaciones neurológicas, entre ellas parestesias, hiperestesia y debilidad o parálisis.
La fiebre no es un síntoma habitual, aunque puede existir.