Memoria episódica
[1] La formación de recuerdos episódicos nuevos requiere la intervención del lóbulo temporal medial, una estructura que incluye al hipocampo.Sin la intervención del lóbulo temporal medial sería posible formar nuevos recuerdos procedimentales (por ejemplo, aprender a tocar el piano), pero no se podrían recordar los sucesos vividos durante ese aprendizaje (véase el papel del hipocampo en la memoria).[2] Algunos investigadores opinan que la corteza prefrontal ayuda a organizar la información para facilitar un almacenamiento más eficiente, cumpliendo así un papel dentro del ámbito de la función ejecutiva.Esto probablemente se debía a la dificultad para la realización de pruebas satisfactorias al respecto.[15] En 1998, Clayton y Dickinson fueron los primeros en aportar pruebas de que los animales poseen memoria episódica.Así, este animal aparentaba recordar el «qué, dónde y cuándo» de sucesos concretos ocurridos en el pasado.No obstante, dado que el estudio no se ocupa de los aspectos fenomenológicos de la memoria episódica, los autores se refirieron a estos comportamientos como «memoria similar a episódica» («“episodic-like” memory»).Los investiogadores realizaron un seguimiento de la frecuencia con la que los colibríes visitaban ocho flores artificiales rellenadas con una solución azucarada.La memoria autobiográfica es igualmente constructiva, y se reconstruye mediante el procesamiento de la historia pasada.La memoria autobiográfica de un individuo es bastante fiable, pero esta fiabilidad puede verse amenazada por las distorsiones memorísticas.[23] Los recuerdos autobiográficos pueden diferir en función del periodo de vida a recordar.[24] Además, es común que las personas recuerden muchos sucesos personales de los últimos años vividos.