En español, la palabra «evidencia» se refiere a la calidad de aquello que es manifiesto u observable directamente, y no siempre es intercambiable con términos como prueba o hallazgo.[4][5] La medicina basada en hechos, remonta sus orígenes a mediados del siglo XIX en París.Las metodologías empleadas para determinar la mejor prueba científica fueron establecidas por el equipo de McMaster, conducido por David Sackett y Gordon Guyatt.[11] Un repositorio sobre recursos educativos enfocados a la enseñanza de la práctica basada en la evidencia puede ser consultado en "Teachers of Evidence-Based Health Care Learning Resources Database".[13] Según este modelo, la MBE reconoce dos principios fundamentales: El proceso de la MBE sigue estas etapas que engloban el acrónimo PILAR:[15] El primer paso del proceso implica realizar preguntas clínicas que puedan responderse con pruebas de investigaciones clínicas y revisiones sistemáticas.Según la opinión del doctor John Ioannidis, “Tenemos una epidemia de meta-análisis profundamente defectuosos”.[16] Se ha criticado a la MBE por una supuesta tendencia a reducir la libertad clínica y desdeñar la experiencia médica, una práctica en forma de “receta de cocina” (“cookbook medicine”) y por un supuesto sesgo utilitarista para abaratar los costes.Un énfasis dogmático en las pruebas, en los resultados de los ensayos clínicos, pasaría por alto los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del padecimiento en cuestión.