En los primeros años de operación, la planta Mayak liberó cantidades enormes de agua radiactivamente contaminada en varios lagos cercanos a la planta, y en el río Techa, cuyas aguas en última instancia fluyen en el río Obi.Aunque la situación ambiental ha mejorado desde entonces, la administración de la planta Mayak repetidamente fue criticada en años recientes por prácticas ecológicas poco sólidas.Las deficientes condiciones de trabajo en Mayak causaron serios peligros para la salud y muchos accidentes.La gente "se horrorizaba con la incidencia de enfermedades misteriosas y desconocidas que fueron surgiendo.[5] Cientos de hectáreas quedaron estériles e inutilizables durante décadas y tal vez siglos.Se conoce únicamente un fallecido en el accidente, el supervisor que causó la segunda y más contundente reacción en cadena.