El término "la bestia", en este contexto, se refiere al Gobierno federal de los Estados Unidos y los programas que financia, utilizando principalmente dólares de los contribuyentes estadounidenses, particularmente programas sociales[4] como educación, bienestar, Seguridad Social, Medicare y Medicaid.
O puedes reducir su asignación y lograr el mismo fin mucho más rápido".
El juramento establece que los firmantes nunca votarán para aumentar los impuestos a nadie bajo ninguna circunstancia.
[11] James M. Buchanan, un economista ganador del Premio Nobel, ayudó a desarrollar la hipótesis de la ilusión fiscal: "Es obvio que los préstamos permiten realizar gastos que generarán beneficios políticos inmediatos sin incurrir en ningún costo político inmediato".
[14] William Niskanen, presidente emérito del libertario Instituto Cato, criticó "matar de hambre a la bestia".
Según Niskanen, si los déficits financian el 20% del gasto gubernamental, los ciudadanos perciben los servicios gubernamentales como descontados; los servicios que son populares con un 20% de descuento sobre el precio indicado serían menos populares a precio completo.
Los recortes de gastos podrían venderse como una necesidad y no como una elección, la única forma para eliminar un déficit presupuestario insostenible".