La palabra francesa ("matte") aparece escrita hacia 1627 para designar a un producto metalúrgico intermedio.
Un siglo antes, el término "matte" parece que daba nombre a un metal en bruto depurado de sus principales impurezas por martilleo.
Sorprendentemente, muchos diccionarios etimológicos franceses a menudo especifican un origen oscuro o incierto para este término técnico.
En español, la palabra "mata", tal como figura en el Diccionario de la Real Academia,[1] procede directamente del francés "matte".
Ya no contiene hierro, pero sigue siendo rico en azufre y en elementos difíciles de oxidar: esta aleación intermedia se denomina "mata blanca".
[4] El soplado continúa hasta obtener un metal que contiene más del 99 % de cobre, denominado “blister”.
[19] Al comienzo del siglo XXI, el proceso Manhès-David seguía siendo el método dominante para refinar las matas, aunque había evolucionado considerablemente.
Sin embargo, en la metalurgia extractiva del cobre, algunas fundiciones que utilizan hornos fusión flash potencian la oxidación para quemar todo el azufre contenido en la mata, con el fin de producir el metal directamente.