Desde niñas Molly y Mary ayudaban en las labores de la granja familiar, por lo que estaban acostumbradas al trabajo duro y dedicación que más tarde sería requerido de ellas en el ejército.
Dejó su casa para luchar por la Unión, en su creencia de que la Confederación perdería la guerra.
Mary y Molly eran también reconocidas por su osadía y patriotismo, reclamando que "si todas las mujeres de la Confederación fueran tan patrióticas como ellos, el país habría sido libre hace mucho."
Las chicas escogieron a un joven capitán como su confidente, quién las protegió de los exámenes físicos y otras tareas que podrían haberlas puesto en riesgo.
En un momento en batalla, Molly fue herida por un fragmento de metralla que impactó en su brazo.
El lugarteniente no mantuvo el secreto de las Bell, pues informó inmediatamente al general Early.
Una vez presa, Molly proclamó que sabía de otras seis mujeres disfrazadas en las filas del general Early.
Al contrario, los camaradas de las Bell aseguraron que "habían hecho un buen servicio como soldados sin en absoluto sospechas excitantes... en cuanto a su sexo."