Desde joven manifestó preocupaciones sociales que la llevaron a afiliarse al Partido Comunista.
Allí permaneció aproximadamente 10 días, lapso durante el cual fue constantemente torturada.
Estos restos fueron utilizados en el juicio a las Juntas y guardados luego en 16 bolsas.
Con posterioridad también fueron sepultadas allí la Hermana Léonie Duquet y la activista Ángela Auad.
Documentos secretos del gobierno de los Estados Unidos desclasificados en 2002 prueban que el gobierno norteamericano sabía desde 1978 que los cuerpos sin vida de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet y las madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce, habían sido encontradas en las playas bonaerenses.
Esta información fue mantenida en secreto y nunca fue comunicada al gobierno argentino.