Mariano Moreno Cuenca

Meses después la familia se vio obligada a radicarse en Buenos Aires, debido a las amenazas que el padre recibía de los clases dirigentes locales por su actuación como abogado defensor de los derechos indígenas.

[1]​[2]​ El temperamento luchador de su padre Mariano Moreno, su enemistad con Saavedra, y su penosa muerte en alta mar cuando Marianito apenas tenía seis años, dejaron huellas en su personalidad.

Su tío, Manuel Moreno, ocupó el espacio dejado por su padre, pudiendo continuar los estudios y obtener los primeros trabajos en su juventud.

[1]​ En 1829 volvió al Ministerio de Guerra y ascendió, en 1833, a teniente coronel.

Su tío Manuel llevó adelante las gestiones que concluyeron con su liberación y con la obtención del pasaporte que le permitió expatriarse en Montevideo, donde se dedicó a la atención de un saladero.

La Corporación le exigía que además de realizar el plano, colocara todos los mojones.

Pero Moreno –con buen criterio– proponía que, a partir de las construcciones existentes, se fuera amojonando a medida que fuese necesario el crecimiento urbano, con sucesivas actuaciones profesionales.