Durante el periodo de las migraciones, muchos pueblos germánicos empezaron a trasladarse hacia la frontera romana.
Los hevelli también erigieron un importante puesto donde luego se alzó la Ciudadela de Spandau, en Berlín.
Enrique I de Alemania conquistó Brandeburgo en 928-929 e impuso tributo sobre las tribus hasta el Oder.
Para 948 su hijo Otón I había establecido control germano sobre los muchos paganos restantes, que fueron colectivamente referidos como eslavos o wendos por sus contemporáneos.
Los asentamientos eslavos como Brenna, Budišin (Bautzen), y Chotebuž (Cottbus) quedaron bajo control germano mediante la instalación de margraves.
La Iglesia fundó diócesis en el señorío de Alberto que, con sus ciudades amuralladas, protegían a los ciudadanos.
El control de Alberto de la región fue nominal por varias décadas; participó en varias acciones militares y diplomáticas contra los wendos, que le permitieron afianzar su autoridad en la región a mediados del siglo.