No existe documentación histórica sobre la mujer representada, pero sí numerosas teorías contemporáneas sobre el origen del mito basadas en la tradición oral venezolana.
Estas historias, aunque diferentes, coinciden en señalar a María Lionza como un ser sobrehumano, que habita las montañas de Sorte en el estado de Yaracuy, desde donde el culto se extendió al resto del país alrededor del año 1900.
[7] El culto a María Lionza se extiende por buena parte de Venezuela, principalmente en la zona central del país.
En los portales, la gente observa admirada cuando un creyente es poseído por uno de los espíritus que son invocados para hacer alguna purificación.
Estos espíritus hablan a través de quien es poseído y traen mensajes para los presentes.
Al igual que muchas otras manifestaciones religiosas en Venezuela, el culto a María Lionza es producto de todo un mestizaje cultural y racial.
El Baile en Candela consiste en varios ritos que realizan creyentes y seguidores en honor a la reina espiritual María Lionza, personaje mítico que forma parte de leyendas ancestrales indígenas de la zona.
Entre las cortes reportadas están: Kalé o Malandra, Celestial, Negra, Médica, India, de los don Juanes y Chamarrera.
[14] La Corte Malandra o Kale está integrada por un grupo de personas conocidas por sus vidas vinculadas a actividades delictivas.
En este patrimonio natural se conjugan los valores de la diversidad biológica con las creencias y rituales destinados a la Diosa.
Lo cual califica a este espacio como un paisaje cultural donde convive el ambiente y la cultura en torno al mito.
Quienes visitan el monumento suelen depositar allí cartas de petición, flores y coronas.
Indica Bracho, además, que luego de siete meses fue restablecido el ingreso y desde entonces la Montaña no se volvió a cerrar.