Formó parte de la Generación del 45, junto a otros escritores reconocidos del período, entre ellos Carlos Maggi con quien contrajo matrimonio, mientras que su hermana María Zulema se casó con el político Manuel «Maneco» Flores Mora.
[1] Según el crítico Arturo Sergio Visca, Silva Vila no era una escritora realista.
Ese ambiente sobrenatural con el que vistió a sus relatos es posiblemente su mejor virtud.
Destaca particularmente el cuento "Último coche a Fraile Muerto" (publicado por primera vez en Escritura n.º 2, 1947) donde se describe un fantasmal viaje en autobús en que el plano de la realidad y el de los sueños se superponen.
Por sus páginas desfilan sus amigos Juan Carlos Onetti, Felisberto Hernández, Paco Espínola, Luis Batlle Berres y también aquellos escritores a quienes consideró sus maestros Juan Ramón Jiménez, Jorge Luis Borges y Ernesto Sabato entre otros.