María Fortus
En 1913, su padre abandonó el hogar y tanto María como su hermana menor, Adelaida, se vieron forzadas a trabajar para poder sobrevivir.Un exoficial blanco la reconoció y la hirió de gravedad; tras su recuperación, sus superiores decidieron enviarla a Moscú.[2] Se instaló en la capital de la Unión Soviética junto con su hijo y completó su educación estudiando en la Universidad Comunista del Este donde, por un azar del destino, se reencontró con Ramón Casanellas quién, ya como comunista, había abandonado España para estudiar en la misma universidad.En 1933 Ramón Casanellas murió en un sospechoso accidente[3] y aunque María Fortus siguió con su misión, en 1934 fue llamada de vuelta a la Unión Soviética.[4] En marzo de 1936, su hijo Ramón, que contaba con 16 años, fue mandado a España por el Comintern para «trabajar con la juventud proletaria».[7] Además reclutaron colaboradores sobre el terreno, ya fuese españoles como Luis Lacasa o brigadistas como George Mink.[8] Para ello contaba con muchos más medios, humanos y materiales, que el NKVD, cuya prioridad era la eliminación del "enemigo interno", entendido este como cualquier muestra de disidencia con respecto a la ortodoxia estalinista, especialmente el trotskismo y los anarquistas, a menudo al margen del aparato estatal republicano.[9] La inmensa mayoría del personal enviado era de sexo masculino, pero María Fortus no fue una excepción, ya que muchas otras mujeres trabajaron como intérpretes y técnicos (entre las que destacan Elisaveta Párshina, Eugenia Ozólina, Anna Óbrucheva, las hermanas Paulina y Adelina Abramson, Lyuba Meston, Nora Chegodáyeva, Lydia Kúper, María Polyakova, Irina Léitner, Tatiana Ivanova, Olga Klímova, Daria Krávchenko o Sima Krínker, intérprete de Líster).[4] María Fortus fue destinada a la subestación del NKVD en Barcelona, coordinada por Naum Eitingon, especialmente activa en la eliminación de trotskistas, anarquistas y antiestalinistas.