María Fernanda Ampuero

A mí me gustaba escribir, leía, y había que ganarse la vida”.

En el taller se dictaba producción radial, una disciplina que le resultaba muy distante a la autora.

Sin embargo, en el curso Ampuero encontró un espacio para hacer pequeñas crónicas) y relatar historias.

Esta es una parte absolutamente horrible de mi vida, que la recuerdo con espanto“.

[6]​ Con todo, su talento no pasó desapercibido para los editores, quienes le dieron la oportunidad de redactar historias a su gusto, temas humanos y coloridos.“Estaba en mi papayal, porque eran temas humanos, cercanos.

En España no tuvo la facilidad que esperaba para encontrar trabajo, pero logró abrirse camino en Madrid con su escritura.

El nombre del libro nació como referencia al aire de camaradería y confianza que usualmente se vive en las peluquerías.

La obra recopila varias historias sobre la experiencia de migrantes en España que Ampuero fue escribiendo con los años.

[20]​ Para un literato, la diferencia entre escribir bonito y escribir la verdad es una disyuntiva tan fuerte, ya que, desde los muy novatos hasta aquellos que llevan ya varias publicaciones hacen frente a este problema.

Por otra parte, ella nota que la mejor manera de vivir es leyendo, y que para ella y para todo escritor no hay nada mejor que dar a la gente la posibilidad de encontrarse y encontrar al mundo en un libro.

Lo que se busca es usar las mejores herramientas disponibles para que la historia toque al lector y convierta su realidad, y así esas situaciones “atroces” cambien a futuro.

María Fernanda Ampuero en 2015 ganó el premio Hijos de Mary Shelley[24]​ en España con su cuento ¿Quién dicen los hombres que soy yo?