[4] Julio J. Casal definió esta obra "dentro del índice del clasicismo", que sin embargo tenía "un matiz personal, cierta gracia nueva al reflejar en su cristal, el paisaje hermoso pero monótono de los viejos motivos de la poesía".
[5] En 1922 publicó su libro "Alma", en el cual reunió las poesías dispersas que había escrito hasta el momento.
[3] Posteriormente publicó el libro de poesías "Frutal" en Madrid en el año 1924, el cual según Welker, representó para la autora su paso al éxito y su consagración definitiva.
Asimismo, Luisa Luisi la definió como representante de la "nota maternal y vegetativa" en la poesía femenina.
Y una bondad que circula por la poesía entera como una abundante agua de riego.".