María Antonia de Nápoles

[2]​ Sabemos por las cartas que envió a su madre y a otras personas de su confianza, que el príncipe Fernando le causó una gran decepción tanto por su físico como por su comportamiento.Y en seguida apareció el problema de la impotencia sexual del príncipe —provocada por la macrogenitosomía (desarrollo excesivo de los genitales) que padecía—, que la princesa sólo contó a su madre.[3]​ Después de esto, empezó a mejorar la visión que tenía sobre su esposo y sobre su vida en la corte, aunque siguió quejándose del control que ejercía sobre ella y sobre sus actividades la reina María Luisa.Al mismo tiempo, la Princesa de Asturias buscó apoyo para la causa del príncipe Fernando en la Corte Española.Las razones por las que la reina madre napolitana quería acabar con Godoy eran que lo consideraba un peligro para las monarquías tradicionales y el principal defensor de la alianza de la monarquía española con Francia.Por su parte a María Antonia no le fue muy difícil ganarse la voluntad de su marido, entre otras razones porque tampoco tenía ninguna simpatía por Godoy, ni las relaciones con su madre eran muy buenas.
María Antonia (cuarta de izquierda a derecha), junto con el resto de la familia real española, visita la Universidad de Valencia en 1802, poco después de su boda.