María Ana se trasladó a París mucho después que sus hermanas, en 1655, teniendo por aquel entonces seis años.
Considerada una joven hermosa, fue descrita como "la más ingeniosa y vivaz de las hermanas", pese a que Hortensia era la favorita del cardenal Mazarino.
Su esposo, pese a ser descrito como un buen soldado, era considerado un hombre pésimo en lo relativo al mundo de la literatura.
María Ana es conocida, en parte, por su interés por la literatura y por otorgar su patronazgo al por aquel entonces joven La Fontaine.
Al contrario que su hermana mayor, Olimpia, quien fue expulsada de Francia, María Ana nunca llegó a ser castigada tan severamente por Luis XIV.