Ángeles Durán (Madrid, 30 de noviembre de 1942) es una investigadora española especializada en el análisis del trabajo no remunerado y su relación con la estructura social y económica.
Para su tesis doctoral sobre “El trabajo de las mujeres en España” tuvo que afrontar la escasez de instrumentos estadísticos que desagregasen la información sobre el empleo y el trabajo no remunerado.
Su tesis hizo aflorar la invisibilidad del trabajo de las mujeres.
Tras su participación en la Conferencia de Naciones Unidas sobre la Mujer (México, 1975), urgió a la incorporación del trabajo no remunerado en la investigación económica y en el análisis de las políticas públicas.
Su obra “Una ausencia de mil años” (1981), a la que siguieron “Liberación y Utopía.
Viajera infatigable, en su afán por divulgar la ciencia ha recorrido los cinco continentes, pronunciado conferencias o participando en debates en más de doscientas instituciones académicas y organismos internacionales.
Están reseñadas en la web Digital CSIC, donde muchas de ellas pueden leerse o descargarse libremente.
Conocimiento, afecto y uso”, “La contribución del trabajo no remunerado a la economía española.
Quince ensayos sobre las ciencias y las letras”, “Los costes invisibles de la enfermedad”, “La cuenta satélite del trabajo no remunerado en de Madrid” (versión en español e inglés), “El valor del tiempo” (ediciones en Portugal y Brasil), “Metodología de la investigación sobre uso del tiempo” (con J. Rogero), “El trabajo del cuidado en América Latina y España ” , “La contribución de los mayores a la economía del País Vasco (también versión en euskera)” y “El trabajo no remunerado en la economía global” (edición en español e inglés).
El Centro de Investigaciones Sociológicas ha publicado su autobiografía intelectual, titulada “Una vida y veinte fragmentos” (2023).
Ha acuñado el término "cuidatoriado" que se refiere al grupo de personas que se dedica fundamentalmente a cuidar, caracterizado porque la mayoría son mujeres, no cobran remuneración por realizar su trabajo y lo hacen en condiciones peores que las de cualquier otro grupo de trabajadores (sin salario ni horario, sin vacaciones, seguros sociales ni reconocimiento social).