Era hija del panadero francés Jean Malesange, españolizado «Malasaña», y de su esposa María Oñoro.
Las circunstancias de su muerte, con sólo 17 años, son discutidas, siendo dos las versiones más aceptadas.
Pero al regresar a casa y cruzarse con una patrulla de soldados franceses, estos habrían intentado abusar de ella mientras la registraban, y para defenderse habría usado las tijeras propias de su profesión que en ese momento portaba.
Otros dicen que simplemente las tijeras fueron descubiertas en el registro, acusada de portar «armas» fue ejecutada inmediatamente.
Manuela debía ser famosa en su barrio por su juventud y simpatía, y el hecho de morir tan joven y entregando su vida a la causa de la libertad hizo que se creara en torno a su memoria una gran leyenda de heroína.