Manuel Girona y Agrafel

No obstante, en la 2ª Guerra Carlista fue movilizado, llegando a teniente de granaderos, aunque nunca entró en batalla.Por ejemplo, se enorgullecía de haber ayudado a Narciso Monturiol en las pruebas del submarino Ictíneo I.[6]​ Llevó una vida social intensa y su nombre era imprescindible para organizar nuevas empresas.Manuel Girona y Agrafel fue un personaje singular de la Cataluña del siglo XIX.Durante toda su vida no se inició ninguna actividad importante en Barcelona sin contar con su opinión.Su personalidad parece un batiburrillo de dinamismo, agilidad, ambición, pragmatismo, filantropía, vanidad y modestia.En 1834 hubo en Barcelona una epidemia de cólera, durante la cual Manuel Girona y Agrafel, que tenía 16 años, dirigió la banca paterna en unas condiciones muy críticas para la ciudad.[16]​ Se le nombró director del banco, donde demostró ser un hombre prudente y con una gran habilidad para moverse por el mundo de las finanzas.En aquella época, el crédito era algo desconocido por los empresarios, cuando no mirado con recelo.Manuel Girona y Agrafel logró que el banco superase esta crisis.Su prestigio como banquero era fabuloso, lo que le permitió liderar grandes operaciones económicas.El Banco de Barcelona se convirtió en la primera institución financiera del país.En 1876, el Banco Hispano Colonial apoyó económicamente al gobierno conservador con un empréstito para la pacificación de Cuba.Manuel Girona y Agrafel se convirtió así en una pieza clave del partido conservador.[16]​ Todo ello hizo que a finales del siglo XIX, Manuel Girona y Agrafel fuese una figura popular en Barcelona.[16]​ Cuando le proponían un gran negocio fuera de sus posibilidades, no lo aceptaba y decía que a él «le gustaba comerse las ensaimadas a poquitos y no de un sólo bocado».
Sepulcro de la familia Girona en el claustro de la catedral de Barcelona por Manuel Fuxá .