Entra en el negocio telas de su padre, José Antonio Girona y Castelltort.En Barcelona se casó dos veces y durante 25 años tuvo 8 hijos.Consolidó el grupo familiar, asumiendo la función de organizar, desde una estructura patriarcal, al conjunto sus miembros.En la Barcelona todavía amurallada, esto era normal, pues no había espacio para todo el mundo que quería vivir en ella.Con Rita tuvo 5 hijos que llegaron a la edad adulta: Manuel, Ignacio, Jaime, Esperanza y Casimiro.En la sociedad se fueron integrando los restantes hermanos varones a medida que iban siendo mayores de edad.[1][3] En esta época, ya había comenzado a consolidar su fortuna y se siente atraído por la comercialización de los productos agrarios.Para ello, en 1839 desplazó a su hijo mayor, Juan, a Lérida para que se ocupase de comprar tierras que se viesen beneficiadas por la construcción del futuro Canal de Urgel (construido más tarde por la propia empresa familiar), como el Castell del Remey, el Ferrocarril de Zaragoza a Barcelona,[4] (también construida por la empresa familiar, tras construir la línea de Barcelona a Granollers) y diversas carreteras.Cuando murió era el primer contribuyente de Cataluña y tenía la primera fortuna del país, no obstante el reparto que hizo de su fortuna en 1855.Era una persona creyente, poco amiga del lujo, por lo que pidió ser enterrado en tierra, y no en un nicho o panteón, como entonces empezaba a hacerse,[5] y pidió que en sus exequias se evitase todo tipo de ostentación.Al morir Ignacio Girona y Agrafel en 1886, el primero de los hijos en morir, entró una nueva generación y, aunque mantuvieron la firme unidad hasta que murieron el resto de sus tíos, en la primera década del siglo XX, la relación entre los primos hermanos ya no podía ser lo mismo.