Su línea de pensamiento, caracterizada por el tradicionalismo mapuche y el integrismo, ha sido descrita por el historiador José Bengoa como el principal movimiento cultural mapuche del siglo XX.
[2] Fue educado en la misión anglicana de Maquehue, bajo la dirección del pastor Carlos Sadlier y luego se trasladó a Villarrica, donde trabajó con el pastor evangélico Alberto Dawson.
De acuerdo a un relato de Carlos Chihuaylaf, recopilado por José Bengoa[1]:Manuel Panguilef levantó una sociedad, que se llamó Federación Araucana.
En 1931 la Federación Araucana planteó la creación de una República Indígena,[4] la que sólo sería posible en el marco de una conquista del poder por parte del proletariado chileno.
En este contexto, Aburto Panguilef forma parte de la junta regional del nuevo gobierno con base en Temuco, la que debe disolverse poco después dada la escasa duración de este gobierno.
De acuerdo a José Bengoa, el trabajo de resistencia étnico-cultural iniciado por Manuel Aburto Panguilef representa el movimiento cultural mapuche más importante del siglo XX, al haber logrado interpretar tanto la cuestión mapuche como la cuestión social de su tiempo.