En 1937 surge el Frente Único Araucano (FUA), liderado por Gregorio Seguel y Andrés Chihuailaf, que se presentó como una alternativa de izquierda desde el mundo mapuche, y que buscaba representar sus intereses en el marco del Frente Popular chileno.
Como principal líder se erigio a Martín Painemal, quien anteriormente había pertenecido al Frente Único Araucano.
En particular, se le criticaba su aproximación étnica al problema indígena, donde sólo los mapuches tenían cabida, y que se negaba a articular sus demandas con una lectura más amplia de la realidad social.
En este sentido, la ANI adhirió también a la Central Única de Trabajadores, principal organización sindical del país.
[5] Esta organización se mantuvo vinculada al Partido Socialista y el Partido Comunista y se convirtió en una de las principales organizaciones campesinas del país durante el gobierno de la Unidad Popular.