El presidente del Consejo Europeo está supeditado, en gran medida, a los criterios y directrices de los Estados miembros.
[7] Van Rompuy no ve el cargo como el de un presidente en el sentido tradicional del liderazgo, sino más bien como un funcionario que preside.
[11] El motivo para esta situación es que en 2008, Suecia -que ostentó la presidencia del Consejo en el segundo semestre de 2009- negoció que el Tratado entraría en vigor, a efectos de la Presidencia del Consejo, en el siguiente turno a su ratificación.
[15] Por su parte, el periódico European Voice del Grupo The Economist, estimó que otros posibles seleccionados para el cargo serían:[13] Werner Faymann, Dalia Grybauskaite, Jyrki Katainen, Enda Kenny, Enrico Letta, Mario Monti, Anders Fogh Rasmussen, y Helle Thorning-Schmidt.
[18] Esto podría hacerse sin cambiar los tratados, siendo suficiente con proponer a la misma persona.