El maltol (de código E-636) es un compuesto orgánico que se emplea fundamentalmente como potenciador del sabor en la industria alimentaria desde mediados del siglo XX.
[1][2] Se presenta en forma de pequeños cristales blancos que son solubles en agua caliente, cloroformo y otros disolventes polares.
Por regla general aporta un aroma a caramelo, aunque rara vez aparece de forma natural en los alimentos.
Debido a su olor, el maltol se emplea en la industria alimentaria como un reforzador de aromas y fragancias que proporcionan sabor dulce.
Su uso como potenciador de los sabores dulces (por ejemplo, en los lácteos) permite añadir menos azúcar a los alimentos, aportando menos calorías.