[1] Malatesta tenía sólo tres años cuando su padre Pandolfo, con cuatro primos, fue asesinado en 1393 por unos exiliados, entre los que destaca Biordo Michelotti; el Papa Bonifacio IX, que se encontraba en Perugia, horrorizado por tanta ferocidad, abandonó la ciudad refugiándose en Asís.
[2] Mientras tanto, los Baglioni no permanecieron inactivos sino que se pusieron al servicio de los estados vecinos mostrando coraje y habilidad.
[5] Malatesta ahora soñaba con el establecimiento de un estado verdaderamente vasto que le hubiera gustado extender desde Bolonia a Nápoles y Ancona: su ambicioso proyecto, sin embargo, no coincidió con los proyectos del Papa, que solo le concedió el vicariato apostólico de Bettona, Cannara y Spello.
Los peruginos lo aclamaron como padre de la patria por haber puesto las bases del señorío de su familia que perdurará en la ciudad, con descendencia, hasta 1540, con Rodolfo II, y, en el condado, con Malatesta V, muerto en 1648.
[8] De Malatesta recordamos también el siguiente episodio singular: en 1431 hizo ahorcar al dueño de la posada que estaba justo al lado del nuevo puente sobre el río Chiascio, en Torgiano, por haber robado a un viajero que se había alojado en la posada seis florines.