Pelagra

Progresivamente, esta denominación se fue imponiendo en la literatura de los países latinos y anglosajones.Puso de manifiesto que la enfermedad era prácticamente exclusiva de las zonas rurales, que estaba íntimamente vinculada a la pobreza y a una dieta barata basada en el tocino, en el maíz y en la melaza.Generalmente, la enfermedad comienza con cansancio, lasitud, dificultad para conciliar el sueño y pérdida de peso.También aparecen lesiones dolorosas en la boca y otras afecciones que afectan al aparato digestivo, como la diarrea.Las lesiones que se producen son simétricas, estando estas claramente demarcadas por una línea que separa la piel afectada de la no afectada y localizadas, por norma general, sobre las superficies extensoras de las manos, los brazos y los pies, aunque también es habitual que aparezcan en la zona expuesta del cuello, donde la lesión circuferencial es denominada collar de Casal.La encefalopatía de la pelagra puede simular cualquier enfermedad mental, aunque generalmente predomina la depresión con una marcada tendencia al suicidio; también son apreciables casos de desorientación, alucinosis, delirio y confusión que acaban terminando en coma.Menos constantes son las manifestaciones periféricas consistentes en una reducción de la percepción sensorial, parestesias y alteraciones reflejas.Clínicamente, son apreciables reflejos hiperactivos del tendón Las células nerviosas corticales manifiestan degeneración, al mismo tiempo que presentan un aumento en el contenido de pigmento y grasa de su citoplasma.En las células de dicha columna también se ha observado cromatólisis y degeneración pigmentaria.
Dr. Joseph Goldberger.
Niña con pelagra crónica en un asilo del Reino Unido, 1925.
Una persona con pelagra, causada por la deficiencia crónica de vitamina B 3 en la dieta; fotografía médica tomada en Carolina del Sur a finales del siglo XIX .