En 1912, a los quince años, Magdalena quedó fuertemente impresionada por la lectura de una biografía de la santa Gemma Galgani (1878-1903), escrita por el pasionista Germano Ruóppolo.
Su familia y los médicos creyeron que moriría pronto.
Poco después, con donaciones de familias acomodadas, se adquirió una casa donde instaló una residencia y escuela para jóvenes obreras, a la que llamó Casa Nostra.
En 1929 se comenzaron a dar clases diurnas y nocturnas y cursos de formación en el verano, con una plantilla de catorce personas.
En julio de 1933 se abrió allí un dispensario médico.
Creó allí la Pía Unión de Señoritas Operarias Parroquiales.
Puesta bajo la advocación de Gemma Galgani, Aulina quería que, como ella, los miembros del instituto también fueran laicos.
Ella misma fundó más casas del instituto en Huesca (Aragón) y en Valencia.