Educado por los jesuitas en el Colegio Romano pasó a la universidad de Pisa donde, en 1589, se doctoró en leyes.Los Estados Pontificios se vieron incrementados durante su mandato con la incorporación del condado de Urbino.A su también sobrino Antonio Barberini lo hizo igualmente cardenal, nombrándolo camarlengo y comandante en jefe de las tropas pontificias.El duque de Parma reaccionó formando una coalición contra el papa a la que se adhirieron Toscana, Módena y Venecia, logrando derrotar a las fuerzas pontificias y proponiendo negociaciones de paz que no fueron aceptadas por Urbano VIII.Francia, la monarquía del cristianísimo Luis XIII, la nación regida por cardenales como Richelieu y Mazarino, el país cuya diplomacia estaba encomendada al fraile capuchino François Leclerc du Tremblay (el padre José, la «eminencia gris»), se alineó en la campaña con los protestantes alemanes y con los suecos de Gustavo II Adolfo contra los Habsburgo españoles y austriacos.Felipe IV pidió al papa en reciprocidad con su incuestionada fidelidad la ayuda económica del Vaticano y la condena espiritual de la desleal política francesa.Protestó enérgicamente por medio de sus cardenales ante el consistorio romano denunciando que el papa obrara en connivencia con Francia, cómplice, a su vez, de los protestantes cuando luchaban contra las monarquías verdaderamente católicas.Quiso mantener una aparente neutralidad no comprendida por el bando católico y arriesgó que Roma se viera expuesta a la ofensiva de las tropas imperiales con la que amenazaba seriamente Albrecht von Wallenstein.Las profecías de san Malaquías se refieren a este papa como Lilium et rosa (El lirio y la rosa), cita que al parecer hace referencia a su lugar de nacimiento, Florencia, cuyo símbolo es la flor de lis (lirio) y que comparte con Francia, país que durante su pontificado tuvo graves conflictos con Inglaterra, simbolizada por una rosa.