Maffeo Barberini fue uno de los primeros retratos de Caravaggio, en 1598.
La obra muestra al poderoso cardenal Maffeo Barberini (futuro papa Urbano VIII), mecenas del pintor[1] y miembro de una ilustre familia romana de la cual salieron muchos pontífices y altos prelados católicos.
El cardenal está situado en una pose sencilla y sin tantas complicaciones del Barroco.
La luz hace que el cardenal salga de su lienzo y parezca que sobresale ante el espectador.