Algunas pinturas viajaron a México, París, Buenos Aires y al Museo Metropolitano de Nueva York.
Sus personajes suelen estar sobre un fondo medieval; visten largas túnicas vistosas y llamativas, llevan nimbos dorados y en los fondos pueden verse ricos brocados.
Son cuatro tablas colocadas en una mazonería gótica de principios del siglo XVI, obra avanzada del maestro de Osma en cuyos fondos se aprecia ya una arquitectura renacentista.
[b] Durante algunos años fue atribuida esta obra al maestro de Osma y así lo afirmaba el historiador José Camón Aznar.
El investigador e historiador Elías Tormo[c] conoció este retablo en 1916, lo estudió, lo divulgó y lo atribuyó a un pintor anónimo de principios del siglo XVI pero nunca lo adjudicó al maestro de Osma.