Madame Récamier (David)

David la retrata como una heroína de la República o protagonista del Imperio, cuando en realidad era opuesta a ambas cosas.

Está recostada, vistiendo un sencillo vestido blanco de estilo helénico; muestra los pies desnudos.

No lleva joyas ni maquillaje y el peinado es un sobrio recogido de estilo romano con una cinta.

Aparece así como una moderna virgen vestal con la mirada desenfadada, pero con el cuerpo girado para indicar castidad.

Esta sobriedad y sencillez a la manera de la antigüedad, que en el pasado pudo entenderse como revolucionaria, era en el momento en que se pintó la obra (1800) tan solo una moda o estilo más.