Luz (periódico)
Luz fue un periódico español editado en Madrid,[1] que surgió como sucesor del diario Crisol.[2] Su fundador fue Nicolás María de Urgoiti y en primer término fue dirigido por el periodista Félix Lorenzo.El PSOE también cuenta con la simpatía del diario Luz, en gran parte por la coalición republicano–socialista que hizo con el gobierno de Azaña.El discurso antirrepublicano carece de atención para el pueblo español, que lo oye «entre la merecida y general indiferencia».El diario mantiene constantes ataques contra la gestión social, política y económica realizada en el pasado.En gran parte de sus editoriales el diario intenta “descubrir” a la extrema derecha que falsea la realidad para desacreditar la correcta gestión del Gobierno.Luz llevó a cabo una amplia cobertura de los acontecimientos y, desde la primera pieza referida al movimiento militar, se muestra completamente opuesto al golpe y cree que su fracaso se debe a la gran adhesión de los españoles hacia la República.El fervor popular republicano puede observarse, también, en el discurso positivista con el que el diario cubre la celebración de las fiestas del Estado.Aunque sí existe un sentimiento antimonárquico, esta ideología política se ampara en el republicanismo porque es la única forma con la que puede oponerse a la monarquía.Luz muestra muchas dudas de si ha valido la pena luchar para convertir España en una tan deseada República, teniendo en cuenta los malos resultados que se están dando.Tampoco duda en tratar duramente al Gobierno del Partido Republicano Radical presidido por Ricardo Samper.Luz también reconoce la necesidad de aprobar el Estatut para poder defender la cultura y la lengua catalanas.Sin embargo, Luz se muestra totalmente contrario a que la Generalitat pudiera ser considerada una personalidad internacional y tuviera capacidad para concertar tratados, una posibilidad recogida en el artículo 29.Las publicaciones del diario abogan por poner fin al conflicto catalán porque sus consecuencias son nocivas para la estabilidad política.Desde aquella fecha se redactaron a granel proyectos (…) que terminaron todos en un fracaso absoluto, y peor aún, que agravaron la cuestión hasta llegar a parecer irresoluble»,[22] asegura Luz.