Pasó después a El Imparcial y luego fue redactor del semanario España.
Firmó la protesta por la concesión del premio Nobel a José Echegaray.
Fundó luego La Crítica y marchó a París como corresponsal.
Como escritor poseyó un depurado estilo y deja El tributo a París, Ensayos e imaginaciones sobre Madrid (1919), libro de inspiración noventayochista, Una mina en la Puerta del Sol y la novela El corazón de Jesús.
Su obra más recordada son los ya citados cuatro volúmenes de su monumental Viaje por las escuelas de España (1926-1929), que compilan los artículos aparecidos en el diario El Sol.
La patria son los niños, y Luis Bello ha hecho más por la patria, está haciendo más por España que quienes pronuncian en un Parlamento centenares y centenares de discursos".