Las lunas heladas calentadas por mareas probablemente sean el tipo más común de objeto con agua líquida[cita requerida] y por ello el tipo de cuerpo celeste con mayores posibilidades de contener vida basada en el agua.
El ejemplo más estudiado es Encélado, luna de Saturno.
La mayoría de las lunas heladas conocidas pertenecen a planetas gigantes, cuyas órbitas se encuentran más allá de la línea de congelamiento del Sistema Solar; el resto (como Caronte y Disnomia) se formaron alrededor de planetas de enanos como Plutón o Eris, típicamente debido a impactos grandes semejantes al impacto que se piensa pudo haber formado la Luna.
[2] Las dos lunas galileanas exteriores de Júpiter Ganímedes y Calisto contienen más hielo ya que se formaron alejadas del caliente proto-Júpiter.
[3] Se sabe que Titán posee piscinas estables de metano líquido en su superficie.