El príncipe Eduardo no pudo estar presente en el nacimiento por ser tan repentino.
Mientras tanto, la condesa permanecía en el Hospital Frimley Park hasta que se recuperó.
En enero de 2006 se informó que le habían sometido a una operación de 30 minutos bajo anestesia general para corregir el problema, pero en 2009 se regeneró dicho trastorno ocular.
En 2014 fue sometida a otra intervención y que sí fue exitosa, habiéndose corregido la exotropía.
Ocupa el decimoséptimo lugar en la línea de sucesión al trono británico.