En 1836 María Cristina se comprometió por escrito pero, en realidad, no tenía intención de cumplir el compromiso.
El expresidente de Ecuador, Juan José Flores, se tuvo que exiliar a Europa.
En Inglaterra le encomendó al general irlandés Ricardo Wright reclutar mercenarios, conseguir armamento y adquirir naves de guerra para invadir Ecuador.
En Francia propuso convertir Ecuador en una monarquía a cargo de un europeo con él como regente.
En Nápoles, el duque de Rivas, embajador español ante esa corte, escuchó sus planes de colocar a un monarca español al frente del Ecuador y ampliar el país con territorios vecinos.
María Cristina y el gobierno español brindaron un apoyo informal y, a finales de 1846, Flores contaba con unos 1 500 hombres acuartelados en el puerto de Santander para este proyecto.
Flores fue a Inglaterra para defenderse y conseguir la devolución de los barcos.
Sin embargo, corrió riesgo de ser enjuiciado por los ingleses y optó por marcharse a España, pasando por París.
Esto no impidió que la Asamblea Nacional de Francia proclamase la Segunda República.
El ministro inglés lord Palmerston le hizo saber al duque de Montpensier que no era bien recibido en su país.
Estas demandas en un mal momento para la hacienda pública provocaron el disgusto del Gobierno.
Finalmente, el Gobierno, que los quería lejos de la capital de España para que no interviniesen en política,[21][22] le propuso al matrimonio el traslado a Sevilla y ellos aceptaron.
A estos inmuebles se añadió el antiguo convento de la Merced.
Una parte de estas fueron plantadas con viñedos y otras se dedicaron a la caza.
Luego fueron con la familia real inglesa a las carreras en el Hipódromo de Ascot.
En la feria, el duque y su esposa otorgaban premios en metálico a los mejores criadores de ganado.
[53] Isabel II se refirió al ambiente del Palacio de San Telmo como la "corte chica".
[54] El duque de Montpensier y la infanta María Luisa vivían con mucha intensidad la Semana Santa en Sevilla.
Los duques realizaban importantes donativos y acudían a los principales actos de estas cofradías.
En 1868 el duque de Montpensier financió planes para destronar a Isabel II.
María Luisa recibió la noticia en Sevilla y telegrafió al duque de Montpensier diciéndole "No te batas, despréciale".
Antonio de Orleans y su esposa María Luisa fueron pretendiente a la Corona española.
El 11 de enero Antonio mantuvo una conversación con María Cristina para restablecer la relaciones con Isabel II y mostrar su apoyo a la restauración borbónica.
Isabel le respondió que "aunque ahora no tengo ese dinero disponible, doy las órdenes para que se ponga ese dinero en poder del marqués de Alcañices en el plazo más breve posible".
Los recién llegados se trasladaron al Palacio de San Telmo en un coche tirado por seis caballos.
Al llegar a su destino, fueron recibidos por una compañía del regimiento de infantería Soria número 9.
En ella manifestaba que su hija, María de las Mercedes, aceptaba casarse con Alfonso XII.
[81] Semanas antes de la boda, Isabel II escribió a Cánovas desde París diciendo "siga cada uno su camino y al fin veremos lo que Dios dispone".
[84] Alfonso XII se planteó el matrimonio con la única hija casadera que le quedaba al duque de Montpensier: Cristina.
Estos jardines serían inaugurados en 1914 como el parque de María Luisa.