Aunque Diego Barros creyó que era clérigo, M.ª Isabel Viforcos ha descubierto entre otros detalles que en realidad estaba casado con Casilda de la Peña y le sobrevivían dos hijos, Luis el mayor y Francisco el menor.
[2] Allí no se encontró con el gran helenista ginebrino Isaac Casaubon, como se ha postulado, aunque sin embargo tuvo con él intercambio epistolar; es más probable que estuviera en Amberes en 1604.
Se le debe como tal una Vista General de las Continuadas guerras, difícil conquista del gran reino, provincia de Chile, sin terminar, que solo llegó a imprimirse en 1864 gracias al chileno Diego Barros Arana, que sacó una copia de otra copia parcial hecha por el erudito ilustrado Juan Bautista Muñoz del manuscrito original perdido, entonces en la Real Academia de la Historia.
Otra obra suya fue la Epaenesis Iberica, siue de laudibus Hispaniae Poematium, impresa en Amberes por Baltasar Moreti en 1632.
[6] Existe, por otra parte, una interesante correspondencia entre Tribaldos y el marqués de Estepa en que disputan, cada vez más duramente, acerca de la traducción al árabe de los plomos del Sacromonte; mientras que Tribaldos afirmaba que estos eran una falsificación, el marqués estaba seguro de que eran genuinos y antiguos textos cristianos.