Luis Terrazas

Posteriormente se sumaron al clan 2 yernos, Enrique Creel y Federico Sisniega, que fueron importantes empresarios.

En 1878 Guillermo Terrazas Cuilty, uno de los hijos, falleció en plena adolescencia; aparentemente en un suicidio.

Se estima que en los primeros años del siglo XX sus empresas ocupaban a más de 10 mil personas.

Luis Terrazas Fuentes contrajo matrimonio el 30 de enero de 1852 con Carolina Cuilty Bustamante y tuvieron los siguientes hijos: En 1859 Luis Terrazas participó en 2 contiendas electorales: para síndico del Ayuntamiento y para diputado.

Para detener su destitución, Terrazas recurre al apoyo popular: solidifica su relación con el Congreso, que lo ratifica en el puesto, e inicia contactos para que los jefes políticos le externen su respaldo.

La relación entre Benito Juárez y Luis Terrazas mejora considerablemente durante la estancia del presidente en Chihuahua.

Terrazas resulta elegido por mayoría, pero no llega a tomar posesión por la situación de emergencia que se vivía.

El coronel Joaquín Terrazas logra tomar el Cerro Grande; Luis Terrazas, en uno de sus primeros avances, ocupa la alameda de Santa Rita; los imperialistas deciden abandonar la plaza en forma clandestina; Luis captura parque en abundancia y toma algunos prisioneros.

El general Díaz no pretendía aniquilar a Terrazas, sino establecerle un contrapeso.

En 1886 el terracismo se convirtió en oposición pero ese mismo año Díaz hace senador a Terrazas.

El primer acercamiento entre los generales Díaz y Terrazas se debió a su labor mediadora.

A esas alturas contaba ya con más de 70 años; en los negocios eran sus yernos e hijos quienes destacaban.

Formado dentro de una familia patriarcal, Terrazas proyectó esa marca en casi todos los negocios que emprendió.

Terrazas y Müller eran los arrendatarios del predio desde 1860, posteriormente Benito Juárez la vendió en 1866 a Henry Müller y en 1868 este le vendió la mitad a Luis Terrazas.

En 1905 los herederos de Henry Müller vendieron al mismo Terrazas la mitad que heredaron.

En varias ocasiones dio la mayoría de sus bienes en garantía hipotecaria para poder realizar otras operaciones más ambiciosas.

La traza de los edificios era una réplica del diseño de los pueblos coloniales, la Casa Grande sustituía al Cabildo y la capilla al templo comunitario; los peones vivían en la cuadra.

Además contaba con escuela y la tienda de raya; con frecuencia la capilla o el atrio se utilizaban como centro escolar.

Durante la Revolución mexicana Porfirio Díaz interpretó de manera equivocada los acontecimientos en Chihuahua: los atribuyó a una conspiración de Terrazas y para desactivarla nombró gobernador del estado a Alberto Terrazas, hijo del general.

Madero, urgido de normalizar al país, contesta a don Luis ofreciéndole garantías para su regreso y envía otra misiva a González para que Terrazas no sea hostilizado.

Ya en El Paso, los Terrazas rentaron la residencia del senador Albert Fall.

Luis Terrazas Cuilty se quedó a enfrentar la situación y cuidar en lo posible los bienes.

Luis Terrazas Cuilty junto con su hijo Guillermo Terrazas Bobadilla se refugian en el consulado británico con la ilusión de que ahí estarían seguros de la furia revolucionaria.

Unos meses después, Venustiano Carranza deja sin efecto la expropiación villista sobre sus pertenencias.

En 1919 la salud del anciano sufre su primer quebranto cuando cae inconsciente, víctima de un derrame cerebral que logró superar parcialmente: recuperó el habla y luego la movilidad.

El gobernador Ignacio C. Enríquez, carrancista de origen, hace que los empresarios vuelvan y reanuden sus actividades.

La vida se le fue escapando entre la bruma de los recuerdos y los fantasmas del pasado.

Cuando muere Terrazas se suscita una discusión entre los personeros del nuevo régimen revolucionario para resolver si se le darían o no los reconocimientos militares al viejo general de la Reforma.

Tumba de Luis Terrazas y Carolina Cuilty en Chihuahua, Chihuahua.