Toro de lidia

No parece que existiera una selección especial durante la Edad Media, en la que sin embargo, los toros, como otros animales salvajes, eran mantenidos en cautividad y protegidos por los señores feudales para propósitos de cría o de caza.Fue en la segunda mitad del siglo XVII cuando las vacadas de toros bravos empezaron a organizarse, aunque todavía sin fines claramente comerciales.[9]​ La Casta Morucho-Castellana, surgida durante el siglo XVI en la provincia de Valladolid, en la actualidad se considera extinta puesto que no hay ninguna ganadería que conserve reses vivas con la carga genética propia de esta casa.[11]​ Destacan por su singularidad: los encastes Murube-Urquijo, Contreras, Saltillo, Santa Coloma, Albaserrada, Urcola y los denominados encastes derivados de Parladé (Gamero-Cívico, Pedrajas, Conde de la Corte, Atanasio Fernández, Juan Pedro Domecq, Núñez y Torrestrella).Existe un riquísimo vocabulario taurino para designar los diferentes aspectos de la morfología y comportamiento del toro.Se dice que un toro tiene trapío cuando reúne las cualidades físicas y la presencia necesaria para la lidia.Dado que su madurez sexual se produce a los 16 meses aproximadamente, poco después del año se separan machos y hembras, que, a partir de ese momento, vivirán en cercados diferentes.Se denomina mandón al toro dominante y que maltrata a los demás.Con cierta frecuencia, este jefe es desafiado por otro miembro de la torada para arrebatarle el liderato, produciéndose violentas peleas.Es una creencia extendida que a los toros supuestamente les altera de alguna manera el color rojo.[14]​ Esto no debe resultar extraño si se tiene en cuenta que a la hora de desarrollar estas castas los criadores nunca pretendieron potenciar cosas como una mayor producción de carne y leche o una mansedumbre y ausencia de cuernos acentuadas para hacer a los animales más manejables al trato humano, sino que simplemente se buscó conservar (y aun potenciar ligeramente) un comportamiento algo más violento de lo normal que hiciera al animal más propenso a la acometida y por tanto al espectáculo taurino.Ciertos autores como el neerlandés Cis van Vuure han señalado diversas coincidencias en la estructura corporal y coloración comunes del toro de lidia con las poseídas por el hoy extinto toro salvaje europeo o uro, del que se diferencia por poco más que su menor tamaño y longitud de cuernos.A pesar del empeño puesto en la selección, estos supuestos uros modernos siguen presentando en la actualidad una complexión más ligera de la esperada, tamaño erróneo, cuernos de longitud variable y coloración no siempre correcta.
Toros de lidia en la dehesa de Salamanca , llamada Campo Charro .
Monumento al toro de lidia en concreto al Toro de la Vega en Tordesillas , Valladolid .
El toro bravo en el ruedo de una plaza de toros ( España ).
Grabado anónimo encontrado en Augsburgo , a principios del siglo XIX . Representa a un uro , subespecie salvaje ya extinta.