En 1840 recibió una beca de su protector el infante Sebastián Gabriel, para estudiar en Roma, donde va acompañado por su hermano, Fernando Ferrant.
Además colaboró en la redecoración del palacio de Aranjuez.
Pensionado por el infante Sebastián Gabriel para pasar a Italia, partió a dicho país con su hermano Fernando, pintor de paisaje, con quien quiso compartir el sueldo de 10 000 reales que el infante le había concedido y continuó pasándole durante diez años.
[1] Durante su permanencia en Italia pintó para su protector el infante obras como Adán y Eva en el momento de encontrar el cadáver de su hijo Abel, Cervantes hecho prisionero y conducido a Argel, Miguel Ángel encontrando al papa Urbano a las puertas de Roma, La Virgen, San Juan y las tres Marías al pie de la Cruz, El Ángel del Señor apareciéndose a Tobías y su padre, Gaiteros napolitanos, Italianas en oración, Dos Estudios de cabezas del tamaño natural, boceto de un cuadro grande que dejó bosquejado que representaba a Felipe IV y su familia con varios personajes de la corte visitando el estudio de Diego Velázquez, el cual les presenta el retrato del príncipe Baltasar Carlos en traje de cazador, y otros de menos importancia.
Hizo asimismo otros varios retratos a la aguada.