Su hermano Luis, pintor de historia, le llevó consigo a Roma.
En el mismo año fue nombrado pintor de cámara.
En aquella época terminó gran número de obras que se conservaban en poder de particulares.
En el Palacio Real, en la galería del infante Sebastián Gabriel y en el Museo del Prado había asimismo algunas obras de su mano.
[1] En palabras de un crítico del siglo XIX: Fue padre de Alejandro Ferrant y Fischermans, también pintor.